Se reportó ayer que Japón mató a 505 ballenas Minke en la Antártida, 262 de ellas preñadas. En Viedma se puede divisar el paso de la Franca austral y de orcas que se acercan a la playa a cazar lobos marinos. Positivo: Argentina hizo primar su postura conservacionista ante el país nipón |
¿Están a salvo? Aunque en los últimos dos meses hubo algunas determinaciones consideradas positivas, las ballenas siguen siendo presa de cazadores furtivos. O, para ser más justos, de países cazadores furtivos. El año pasado se reportó la matanza de 2.293 ejemplares, básicamente la Minke de la Antártida, a la Comisión Ballenera Internacional (CBI). Ayer se conoció otro dato: más de la mitad de las ballenas cazadas por Japón en la Antártida durante el pasado verano estaban preñadas. Así lo reveló el grupo conservacionista Humane Society International (HSI). Las 505 Minke capturadas, 262 eran hembras embarazadas. Miguel Iñíguez, naturalista argentino, es el delegado de nuestro país ante dicha Comisión desde 2002. Presidente de la Fundación Cethus, que representa a la Whale and Dolphin Conservation Society (WDCS) en Argentina, respondió tajante a Hoy: “La opinión pública considera que las grandes ballenas están a salvo y esto no es así. Existen peligros para ellas, entre los que se consideran las capturas. Se estima que de la ballena Azul en el Hemisferio Sur quedan 1.700 ejemplares únicamente, de la ballena Gris del Pacífico Occidental menos de 100 animales y ballenas Jorobadas del Hemisferio Sur no más de 10.000. De la Franca Austral en el Hemisferio Sur se estiman 7.000, mientras que para la Franca del Norte se calculan no más de 300”. La CBI fue creada en 1946 por países que se dedicaban a la caza ballenera. En 1982, se votó una moratoria o prohibición de esa actividad, que entró en vigencia en 1986. ¿La causa? Las poblaciones de las 13 especies de ballenas habían disminuido como resultado de la explotación ballenera. En la última reunión anual que se realizó en junio en Alaska, Canadá, primó la postura conservacionista que defiende Argentina contra los cazadores, como Japón. Fue una señal positiva, pero no definitiva. Mientras, en estos días empezaron a verse cetáceos a 200 metros de la costa de Viedma, Río Negro. También orcas alimentándose, crías de lobos marinos en la playa y la migración de las ballenas francas a hacia la península de Valdés. Las ballenas francas, que se dirigen hacia el sur, se pudieron observar desde el balneario El Cóndor, en la desembocadura del Río Negro, mientras que varios ejemplares de orcas que se acercan a la playa para cazar lobos permanecen en el área entre Punta Bermeja y Bahía Rosas, hacia el sudoeste de la capital rionegrina. Una de las orcas que se pudo ver allí es el ejemplar macho Mel, que en 1976 fue víctima de un insólito ataque a balazos, provocado por el temor a que los lobos marinos corrieran riesgo de extinción. |
Ya se disfruta el espectáculo de las ballenas, mientras la caza furtiva mina su futuro
29 julio, 2007 por Marcela
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